Desarrollo extractivo, fuente de conflictos

PORTAFOLIO
AGOSTO 12 DE 2016 – 08:34 P.M.

Justo cuando Colombia se aproxima a la recta final de las negociaciones de paz con las Farc en La Habana, la líder guatemalteca y premio Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, ha planteado que la propiedad privada en materia de tenencia de tierras no debe ser el único mecanismo legal que deba prevalecer.

Rigoberta Menchú será la invitada central del 59º Congreso Internacional de Acodal, una cumbre interamericana de agua, saneamiento y ambiente que se realizará en Cartagena del 21 al 24 de agosto.

¿Cómo analiza el acuerdo que están cerca de lograr el Gobierno y las Farc?

El acuerdo de cese definitivo al fuego entre el Gobierno y las Farc es un acontecimiento histórico, un paso trascendental y fundamental para lograr un acuerdo de paz firme y duradera.

Hemos celebrado este acontecimiento decisivo con la esperanza de poner fin al daño y sufrimiento causado durante más de cinco décadas. Ciertamente en este momento histórico, es cuando el Gobierno y las Farc deben demostrar mucha madurez y voluntad política, y capacidad para conducir al éxito los compromisos asumidos.

¿Qué aspectos destaca del proceso de paz que se desarrolla en Colombia?

Ha habido intentos de diálogo y negociación en distintos momentos, por lo que la población exige una solución pronta y perdurable al conflicto. La firme decisión y voluntad política de las partes, Gobierno y Farc, por resolver el conflicto a través de las negociaciones vía el diálogo, representa una oportunidad para el país, para nuestra región y frente a los conflictos que siguen aconteciendo en el mundo.

¿Cómo incidirá este acuerdo en la política de tierras?

Colombia tiene avances de reconocimiento de los derechos, que hoy más que nunca se deben poner en práctica, porque ninguna política puede ser exitosa si parte de visiones economicistas y de las prácticas estatales del pasado de carácter elitista. Por eso, es importante que el modelo de desarrollo sea concertado con todos los actores, gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas. La tenencia, uso y propiedad de la tierra es un tema de relevancia, en tanto, la propiedad privada no es la única figura legal que debe prevalecer.

Si el modelo de desarrollo extractivista que prevalece hoy se mantiene inalterado, seguirá siendo fuente de conflictos en nuestras sociedades.

¿Cómo impacta el proceso de paz las estrategias de agua y medioambiente?

En la mayoría de los países de América Latina prevalecen conflictos sociales en torno a los bienes naturales, entre ellos el agua. Hasta ahora, no ha sido posible que los gobiernos privilegien el bien común por encima de intereses particulares, ya que las políticas públicas acerca del uso, manejo y administración de los bienes naturales son marginales; la institucionalidad no actúa en defensa de los bienes, más bien, se han puesto al servicio de megaproyectos, entre los que se encuentran los monocultivos y las industrias extractivas, que saquean, contaminan, destruyen las fuentes hídricas, que ponen en riesgo la vida humana, la biodiversidad de nuestros países y del planeta.

¿Qué hacer para evitar que la polarización política y social obstaculice la marcha de los acuerdos?

Después de alcanzado el fin del conflicto armado, nuestro rol, y el de las nuevas generaciones, debe ser garantizar políticas públicas que permitan el mantenimiento y perdurabilidad de la paz como forma de vida. El diálogo y la participación son los mecanismos privilegiados para la interacción y el logro de los consensos entre los diferentes actores y sectores de la sociedad. La cultura del diálogo es el mayor reto en sociedades en posconflicto.

Por otra parte, la voluntad política y la buena fe de los actores en su conjunto, en construir una nueva sociedad y de instituciones que respondan a las transformaciones que se requieren, son de capital importancia, y la mayor riqueza de este proceso es la construcción desde la diversidad.

¿Qué incidencia va a tener en Latinoamérica la firma de paz en Colombia?

La firma de la paz en Colombia, podría consolidar la relación entre los países de Latinoamérica y entre las comunidades fronterizas que durante siglos han compartido y construido historias y realidades de vida.

Uno de los desafíos es el fortalecimiento de las instituciones democráticas, especialmente en las zonas donde el conflicto desnaturalizó el funcionamiento de las instituciones del Estado.

Los recursos que se utilizan en la carrera armamentista para la guerra deberían tener un destino de desarrollo humano y económico en las zonas de conflicto, que seguramente, vendrían a enriquecer el desarrollo integral para Colombia.

Fuente: http://www.portafolio.co/economia/gobierno/entrevista-con-rigoberta-menchu-499549

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Rigoberta Menchu

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