Las alarmas están prendidas en el país por cuenta del estado de los rellenos sanitarios. Al 69 % de ellos le quedan entre cero y cinco años de vida útil. A pesar de esto, pocos de los responsables toman acciones para mejorar el panorama.
La prioridad de las autoridades es el relleno El Carrasco, que sirve a Bucaramanga y una docena de municipios más, donde no se puede hablar de años, sino de meses de vigencia. Hace un par de días una comisión de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD) fue enviada a la zona para conocer de primera mano lo que sucede.
“En Bucaramanga no cuentan con una solución a largo plazo para sus residuos y siguen disponiendo en el relleno que hace más de dos años terminó su vida útil”, dice la oficina delegada para el Medio Ambiente de la Defensoría del Pueblo.
En la misma situación se encuentra Leticia (Amazonas) donde las montañas de bolsas con basura en las esquinas ya hacen parte del paisaje. Eso fue lo que en las últimas horas provocó una revuelta y generó que Patricia Duque, Superintendente de Servicios Públicos, convocara de manera urgente a las autoridades locales a una mesa de trabajo, en la que participarán el alcalde, el gobernador y voceros de la comunidad.
La Guajira es otro de los focos en los que la Defensoría concentra su atención. Allí “quince municipios no hacen una disposición final adecuada de los residuos sólidos, sino que son mantenidos a la intemperie y no cuentan con un adecuado manejo de lixiviados, lo que genera olores fétidos, se ha incrementado la presencia de caninos y aves de rapiña, además de cerdos y chivos, y la comunidad recolecta residuos directamente sin protección”, describe la Defensoría.
En este triste panorama aparece el Chocó donde –según la Defensoría- en 30 municipios la prestación del servicio de aseo es deficiente, los sistemas de recolección solo cobijan a un pequeño porcentaje de la población y los desechos son dispuestos en fuentes hídricas, afectando de manera directa a toda la población y extendiendo la tragedia a otras regiones.
A estos casos se suman los de 190 municipios más que a diario reportan 1.153,09 toneladas de residuos sólidos; es decir, el 4,6 por ciento de las 25.054 toneladas diarias de basura que producen los colombianos. Norte de Santander, el norte del Valle del Cauca, Cauca, Montería (en Córdoba) y Yopal (en Casanare) son otros sitios y zonas a los que remiten expertos de la SSPD al precisar dónde están las mayores afectaciones.
Con lupa…
Según Jorge Andrés Carrillo, delegado de la Superservicios para Acueducto Alcantarillado y Aseo… “Sólo hay que mirar hacia los municipios que queden lejos, más si quedan distantes entre uno y otro, y se agrava si las vías están en mal estado”.
Porque en la mayoría de estos entornos a duras penas se cuenta con una volqueta, que además de recoger las basuras es usada para trabajos de infraestructura y más labores. Estos y otros argumentos son usados como “justificación” a las decisiones de arrojar desechos en cualquier lote al que pueda ingresar el carro recolector, o a la orilla de las vías.
“En algunos municipios menores donde las administraciones municipales son los prestadores de este servicio y en zonas rurales este tema sufre de atrasos en cobertura y calidad tanto en recolección, barrido y limpieza, como en tratamiento”, señala la presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal), Maryluz Mejía, quien agrega que “hay que mejorar la asistencia técnica, para que en este grupo de municipios y zonas rurales el servicio de aseo tenga un manejo empresarial”.
Pese a que el porcentaje de residuos dispuestos inadecuadamente por cerca de 200 municipios a primera vista es bajo (si se compara con el total nacional: 1.102 municipios) los problemas para las comunidades son de talla mayor. La contaminación que generan los lixiviados no es poca; al permear la tierra se convierten en foco de malos olores y de contaminación, y al caer a los afluentes afectan el suministro de líquido para muchas poblaciones, en las que proliferan moscas, zancudos, carroñeros, roedores y otras plagas.
“En muchos de estos municipios existe la percepción de que la capacidad económica de los usuarios no da, por lo que no se cobra por el servicio”, dice Carrillo y puntualiza que la ley establece que una inadecuada prestación, como en los casos mencionados, impide que se cobre por la recolección y traslado de las basuras. Además, si no se tiene una licencia ambiental para operar, las empresas no pueden elevar sus cobros. Por todo eso es que analistas consideran importante la colaboración del Estado para que las tareas se cumplan mediante organización y acompañamiento.
¿Qué hacer para remediar semejante situación?… “Regionalización”, responde Carrillo en su calidad de superintendente delegado y explica la idea como la posible unión entre regiones que sumen esfuerzos y adecuen lugares equidistantes para evitar sobrecostos en tareas individuales.
A pesar de existir esta salida muchos operadores la ven como un intento de privatización y los usuarios como una manera de afectar su bolsillo, argumentos que les quitan peso a la necesidad de proteger la salud. “El problema radica en los altos costos de prestación del servicio de aseo para pequeñas poblaciones donde la solución implica grandes inversiones que se reflejarán en tarifas muy altas para los usuarios, en su mayoría de estratos 1 y 2”, dice Acodal.
A pesar de todo, es claro que una solución adecuada incluirá siempre infraestructuras costosas, que requieren el aprovechamiento de economías de escala, para distribuir costos entre un mayor número de usuarios. “De ahí que la tarea de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico establezca incentivos a la localización regional de rellenos sanitarios”, recuerda la presidenta de Acodal.
Alertas tempranas
El llamado de atención de la Superservicios está dirigido a encargados de los rellenos, autoridades y concejos municipales.
Porque la vida útil promedio de los rellenos sanitarios existentes en el país se calcula en apenas cinco años y para concretar un lugar que cumpla este propósito la demora es mucha. Con licencias, papeleos y demás requisitos, de escritorio en escritorio, este trámite puede tardarse hasta tres años, eso si no existiera oposición de comunidades.
A esas posibles posiciones en contra se refiere la presidenta de Acodal cuando precisa que “los rellenos sanitarios bien construidos y operados no generan problemas” y agrega que a la par de las políticas de construcción se debe avanzar en la reducción de la cantidad de residuos, lo cual se puede hacer con normativas que eviten el uso de envases no retornables. “Mientras mayores sean las tasas de reciclaje mayor será la duración de los rellenos sanitarios”, dice Andesco y lamenta que “en Colombia las tasas de reciclaje se encuentren tan solo entre un 17 % y un 20 % del total de residuos generados, bajas si se comparan con las de economías de países desarrollados”.
El 69 % de los rellenos sanitarios del país tienen los días contados y muchas autoridades responsables de conseguir sitios para nuevas disposiciones dejan pasar el tiempo, como si no les preocupara que antes del proceso deban identificar una zona con suelo adecuado y sin fuentes hídricas cercanas o subterráneas. Esa información se debe cruzar con los planes de Ordenamiento Territorial (POT), en los que, por lo general, no se contemplan ese tipo de necesidades. Clave es tener presente que para un relleno regional el terreno debe ser de 50 hectáreas y para una ciudad capital, mínimo de 300 hectáreas.
El costo de una tierra así es otro inconveniente para renovar el listado de rellenos en el país. Un ejemplo es Yopal, donde adquirir terrenos se ha hecho casi imposible.
No todo está perdido
Un par de ejemplos de adecuada gestión para pasar de un escenario crítico a uno amable se dio en 2014 con las capitales del Cauca y de Boyacá. “El año pasado tuvimos a Popayán y a Tunja en alerta máxima, pero se lograron salvar los inconvenientes. Hoy uno de los lotes adquiridos ya está construido y el otro está en construcción. Se puede decir que esas ciudades cuentan con rellenos sanitarios para 20 años”, precisa Carrillo.
Con propósitos similares desde Acodal reclaman mayores incentivos al reciclaje y al aprovechamiento de residuos, pues consideran que los rellenos que existen no son suficientes, por lo que recomiendan que en las tarifas aplicadas al servicio de aseo se incluyan las inversiones para financiar centros de reciclaje y aprovechamiento, “costos que –dicen- podrían reducirse una vez entren en operación los centros de aprovechamiento”.
“La vida útil puede ampliarse con la reducción de las cantidades dispuestas, mediante mecanismos de separación en la fuente y rutas de recolección selectiva, que recojan y transporten los residuos aprovechables a centros de aprovechamiento”, señala la presidente de Acodal.
Solo resta que las políticas se orienten adecuadamente, con la ilusión de mejorar el quinto puesto que obtuvo Colombia en 2010, cuando fue medida a la par de los países de América Latina y el Caribe, y fue considerado uno de los mejores en reducción de emisiones, por el manejo de residuos, tal como consta en el informe regional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Link tomado de:
http://www.elcolombiano.com/alertan-por-capacidad-de-rellenos-sanitarios-en-el-pais-GN1791080