Lo que le espera al río Cali es, en una alta probabilidad, una sequía mayor. Los efectos del Fenómeno del Niño tienen a este afluente tutelar con caudales críticos y estos no aumentarán si sigue el déficit de lluvias.Lea también: Río Cali presentó este martes el nivel más bajo de los últimos 65 años
La advertencia la hace la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, en medio de la medida de racionamiento que Emcali comenzó a aplicar el pasado lunes en 73 barrios del norte, oeste y centro de Cali.
La restricción del suministro de agua opera de 10:00 p.m. a 4:00 a.m. y, hasta ahora, permanecerá de forma indefinida, según voceros de las Empresas Municipales.
Harold González, coordinador de la Red Hidroclimatológica de la CVC, explica que el caudal del río Cali registrado hasta hoy es el más bajo de los últimos 64 años, tiempo que lleva la entidad ambiental haciéndole mediciones.
“Se reportan 300 litros por segundo de caudal. La medición más baja era la del año 2010, cuando alcanzó un caudal de 480 litros por segundo. Este es un río por el que, en esta época, deberían estar pasando 1000 litros por segundo. Hay días en que se reportan entre 250 y 280 litros por segundo, quiere decir que la condición es crítica”, advierte el experto.
A la altura de la bocatoma del Acueducto de San Antonio, las mediciones que hace Emcali sobre la captación de agua también son preocupantes.
“Hoy tenemos 950 litros por segundo en la bocatoma, situación que nos obliga a aplicar la restricción solo en las noches. Pero si los caudales se ubican por niveles inferiores a los 700 litros por segundo, tendríamos que cerrar del todo las líneas de distribución de agua de la planta”, asegura Roberto Pomar, jefe de Distribución de Agua Potable de Emcali.
El funcionario dice que el tiempo de implementación del racionamiento es indefinido y que lo que se espera es poder sortear la distribución de agua para evitar mayores afectaciones. La red alta del acueducto (surtida por río Cali) soporta una carga importante en el abastecimiento de la ciudad, pues de ella depende una gran cantidad de centros hospitalarios (como el Hospital Universitario del Valle, HUV) y una buena parte del sector comercial del centro.
Cuenca media, también seca
El racionamiento que afecta a por lo menos 600.000 usuarios del acueducto de San Antonio, no solo tiene sus raíces en el intenso calor que se vive por El Niño. El déficit de lluvias en la cuenca media hace que los ríos tributarios del Cali no le aporten lo suficiente para llegar con buen caudal a la zona plana de la ciudad. Lea también: Inicia racionamiento de agua en más de 70 sectores de Cali
Los ríos Pichindé, Felidia, Aguacatal y Cabuyal, y otros pequeños afluentes, como las Quebradas Sena, El Sapito, Santa Ana y El Silencio también sufren los efectos de El Niño.
“Las lluvias que han caído en los últimos días solo sirven para mojar la capa vegetal, que está reseca. Se chupan toda el agua y no queda nada para liberar a los tributarios. Hace 10 días no llueve en la parte alta del río”, explica Harold González.
Además de abastecer la zona plana, del río Cali dependen por lo menos 24.000 habitantes de la zona rural.
Mario Arroyave, profesional especializado de la Dirección Ambiental Regional Suroccidente, DAR, de la CVC, indica que hay 776 usuarios autorizados para captar aguas superficiales de algunos de esos tributarios (entre ellos acueductos rurales, casas y fincas ubicadas en el área que va desde arriba de la bocatoma del acueducto de San Antonio hasta los límites de Felidia y La Leonera.
Todos ellos pueden extraer del río 3251 litros por segundo. “De ese total, 1500 litros por segundo corresponden a la bocatoma de San Antonio y otros 1500 litros por segundo, a captaciones de la Epsa para la generación de energía, que vuelven en su totalidad al cauce. Quiere decir que son 251 litros por segundo los que toman esas comunidades”, dice Arroyave.
Explica el funcionario que la condición de los tributarios del río Cali es complicada y que por ello se ha pedido a los acueductos rurales implementar restricciones en la distribución del agua.“Se les pide que se hagan restricciones, por ejemplo, en las noches, para que se recuperen las fuentes hídricas. En esta zona no podemos suspender las captaciones, porque todas son para consumo humano. Sin embargo, hacemos controles para garantizar que no se saque más agua de la autorizada”, dice Arroyave.
Preocupaciones
Hernando Diez, ambientalista y presidente de los acueductos rurales de Cali, reveló que en Felidia ya hay racionamiento de agua en las mañanas y las noches. “Hay otros corregimientos que ya comenzaron a tener problemas de agua, por la escasez en las quebradas. El agua no está cayendo de la parte alta y las quebradas no están cayendo al río Cali, por eso está seco”, dice.
Agrega que “al calor se suma el deterioro crónico de la cuenca, por el desarrollo de agricultura insostenible, el exceso de fincas, zonas de recreo, la repoblación del territorio, la falta de control para las conexiones ilegales al río y ausencia institucional que diseñe un plan para recuperar la cuenca. Lo que estamos presenciando es una crisis compleja, porque no es solo el río Cauca el que está en malas condiciones”, dice el ambientalista.
Justo el pasado lunes, cuando se anunció el racionamiento, hubo una disminución súbita en el caudal del río Cali “y ese cambio drástico podría presentarse si hay una desviación del río para regar cultivos, para fincas o piscinas. Allí, la autoridad ambiental tiene que hacer presencia”, advierte Hugo Salazar, presidente de la de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, Acodal, Valle.